Atravesado por la vía romana, que se convertirá en camino del vizcondado y más tarde en el Camino de Santiago de Compostela, en el pueblo de Borce destacan numerosas curiosidades arquitectónicas. Edificios y casas, en algunos casos muy antiguos como el Hospital de Santiago de Compostela (hoy abierto al público), y la Casa Fuerte del siglo XIII. Es digno de mención también la casa de Bernard Salefranque, notario real bajo el mandato de Jeanne d’Albret, con su escudo, sus ventanas con parteluz, sus esculturas en el marco de la ventana norte.

Otras curiosidades destacan a lo largo de una ruta por el pueblo: plazoleta panorámica, la casa Sayerse (antigua atalaya), los hornos, el lavadero y su historia de pueblo, numerosas ventanas geminadas de crucería, conopiales, y otras esculturas como cabezas de animales, árboles de vida, cruces y bordones. En la iglesia rehabilitada en el siglo XVI destaca una pila bautismal de caliza negra adornada con una concha, un bordón y una máscara barbuda. Borce, en su historia más reciente, está vinculado con el oso, animal totémico del Pirineo. El fantástico parque faunístico es el mensajero de esta historia, o de estas historias de osos intrínsecas a la identidad de las gentes del valle de Aspe.